¿Incumplimiento de contratos, daños y perjuicios o tráfico de personas?

Por Claudia Vásquez 

Leyendo un artículo publicado en Diario Libre, titulado “Dodgers, demandados por US$19 millones por firma”, reflexionaba sobre todo el mal que causa el bloqueo y demás leyes injustas de Estados Unidos hacia Cuba, y en este caso específicamente al deporte cubano.

Digo esto, porque realmente el cubano que siente por su país; aunque lejos de su tierra, ve en este apartado, no el hecho de la demanda y los incumplimientos, sino toda la red de tráfico de peloteros que existe debido a las leyes estadounidenses, que discriminan nuestro talento deportivo.

Para nadie es nuevo que los peloteros cubanos han sido perseguidos por su formación, preparación y calidad, y son agredidos más que todo, por las normas del béisbol profesional, regidas por Estados Unidos, que laceran la integridad ética del pelotero cubano, ya que para que pueda jugar en la Major League Baseball (MLB) tiene que renunciar a su nación, declarar que vive fuera de Cuba, que no regresará y que no tiene nada que ver con su Gobierno.



Con estas trabas que imponen a Cuba para que un pelotero pueda desarrollarse en ligas profesionales, no es secreto que estos busquen alternativas para lograr sus sueños. Por mucho tiempo, algunos jugadores han encontrado la vía de la salida ilegal, deserción en eventos internacionales, entre otras, en las cuales ha sido crucial la participación de los “cazatalentos”, que aceleran el proceso garantizándoles documentos “legales” y así quedar desbloqueados para el gobierno de EEUU.
 
Esas vías para sacarlos ilegalmente del país tampoco son un secreto, ni cómo son objeto de toda clase de situaciones. México, República Dominicana, Haití y Nicaragua son clásicos receptores de los peloteros cubanos, donde reciben tratamiento expedito a la hora de recibir sus papeles y firmar rápidamente con clubes de la MLB, de manera tal que puedan devolver el dinero a aquellos que “invirtieron”. 

Este proceso, muy bien organizado, ha reportado mucho dinero a esos “cazatalentos”, más cuando los peloteros cubanos, por su desconocimiento del mundo capitalista y funcionamiento de los contratos, se convierten en una presa fácil para los ya mencionados. Es por ello que los peloteros cubanos son de hecho víctimas de estas actividades, personas talentosas adquiridas ilegalmente, ya que las leyes norteamericanas no permiten su fichaje de manera normal y legal. 

Lo que viene sucediendo en el béisbol con Cuba está tipificado dentro del Derecho como delito de tráfico y trata de personas, siendo sin más adornos, robo de talento. Talento de tantos profesionales, que una vez formados en nuestro país, son arrebatados de su patria, por personas que se aprovechan de las más injustas leyes estadounidenses y así sacar provecho. Además, les dan un tratamiento casi como esclavos, como mercancía, que si no les es útil los desechan, porque los abandonan a su suerte.

Lamentablemente el caso que mencionan de Yaisiel Sierra, el secuestro, etc, no es el único; incluso, hay ejemplos más crudos, como el de Yasiel Puig, que fue víctima de una operación que involucró hasta amenazas de muerte si no pagaba a los que le “ayudaron” a firmar un contrato con los Dodgers. Este es, sin dudas, un negocio sucio y peligroso, que involucra a mucha gente a la que le son rentables las operaciones de tráfico humano.
Me pregunto entonces, ¿esos que ignoran lo que sucede, hablo de directivos y funcionarios de la MLB; los “cazatalentos” que “ayudan” a los peloteros cubanos, funcionarios consulares sobornados, y demás personas que mueven los cordeles, no conforman una red de tráfico humano, en este caso de peloteros? ¿No estamos disfrazando con violaciones de contratos e indemnizaciones por daños y perjuicios la verdadera esencia del negocio?

Trump realiza visita sorpresa a Afganistán y anuncia la reanudación del diálogo con los talibanes

Tomado de CubaDebate

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este jueves durante una visita nocturna sorpresa a una base estadounidense en Afganistán que se reanudaron las negociaciones con los talibanes, interrumpidas en septiembre.
El viaje de Trump, su primero al país, se mantuvo en secreto por razones de seguridad. Tuvo lugar con ocasión de la fiesta de Acción de Gracias.

“Los talibanes quieren un acuerdo, nos estamos reuniendo con ellos, les estamos diciendo que tiene que haber un alto el fuego, ellos no querían un alto el fuego, ahora quieren un alto el fuego” explicó Trump a periodistas tras haberse reunido con el presidente Ashraf Ghani, en la base de Bagram.
“Nos quedaremos aquí mientras no haya acuerdo, o hasta que se produzca una victoria total, y ellos quieren de verdad ese acuerdo”, precisó Trump.
Asimismo, confirmó su intención de reducir el número de soldados estadounidenses sobre el terreno a 8 600, en comparación con los entre 13 mil y 14 mil que hay en la actualidad.
El mandatario partió el miércoles por la noche desde Florida, pasando por la base de Andrews, cerca de Washington. Llegó a Bagram hacia las 20H30 hora local, pero la noticia del viaje no se hizo pública hasta justo antes de que despegara de nuevo, poco después de medianoche (hora local).

Pavos y fotos

 

Un fotógrafo de la AFP viajó con él pero no tuvo derecho a comunicarse antes de la llegada, así como tampoco ninguno de los periodistas que participaron en el viaje, que no fueron informados del destino del viaje hasta dos horas antes de que aterrizara el avión presidencial, con todas las luces apagadas.
En sus desplazamientos dentro de la base, Trump estaba escoltado de cerca por soldados fuertemente armados, equipados con gafas de visión nocturna.
El 7 de septiembre, Trump puso fin a las discusiones que había entablado desde hacía un año con los talibanes, para sorpresa general, pues parecían estar a punto de desembocar en un acuerdo histórico tras 18 años de conflicto en Afganistán.
Justificó su decisión con la muerte de un soldado estadounidense y de otras once personas en un atentado de los talibanes dos días antes, en Kabul.
El negociador estadounidense, Zalmay Khalilzad, tan solo reveló algunos detalles del “acuerdo de principios” que afirmaba haber cerrado con los talibanes.
Este pacto preveía una retirada progresiva de los soldados estadounidenses de Afganistán a cambio de garantías de seguridad, de una “reducción de la violencia” y de la apertura de negociaciones directas entre los talibanes y el gobierno de Kabul.
La semana pasada, los talibanes liberaron a dos rehenes, un estadounidense y un australiano, profesores en la universidad estadounidense de Kabul, a cambio de la liberación de tres talibanes de alto rango que las fuerzas afganas tenían presos.
Este jueves, el presidente estadounidense posó para tomarse fotos junto a los soldados y les sirvió el pavo, antes de pronunciar un discurso ante unos 500 efectivos dentro de un gran pabellón.
“Hemos viajado 8 mil 331 millas para estar aquí esta noche, con un solo motivo: decirles en persona que este Día de Acción de Gracias es especial, que todo va muy bien, que nuestro país es más fuerte económicamente de lo que nunca ha sido”, declaró Trump, que fue ovacionado por los militares.

 

“El daño ya está hecho” en las relaciones entre Cuba y EEUU

Por Dianet Doimeadios Guerrero, Edilberto Carmona Tamayo 
Tomado de Cubadebate

 
¿Cuándo llegará el tiro de gracia a la saga construida en torno a La Habana y un supuesto síndrome? Quizá dentro de 37 años, según pronosticó en mayo el Departamento de Estado. El abuso de la imaginación y la calumnia deberían tener límites también para “el imperio más poderoso”. Demasiadas invasiones y “espléndidas guerritas” han tenido como preludio un arsenal de mentiras, pero el hecho es que la historia de los incidentes de salud reportados por diplomáticos estadounidenses en Cuba, sencillamente, no da para más.
“El daño ya está hecho, ya cumplió su objetivo y el tema sigue siendo un pretexto conveniente para justificar lo que de otra manera no tuvo, no tiene ni tendrá sustento. Sobre una acusación falsa se montó una escalada de declaraciones y acciones que endurecen el bloqueo y redoblan la hostilidad contra nuestro país”, dice a Cubadebate Johana Tablada de la Torre, subdirectora general de Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba.

En agosto de 2017, los titulares esparcían la noticia: diplomáticos de EE.UU. fueron blanco de “ataques acústicos” en Cuba. El Departamento de Estado alegó que al menos 22 personas se vieron afectadas por una pérdida auditiva inexplicable a partir del otoño de 2016. La reacción desmesurada no se hizo esperar.
El Gobierno de los EE.UU. expulsó a 15 diplomáticos cubanos de Washington y retiró a la mayoría de los suyos de La Habana. Luego, cerró el consulado en la Isla. ¿Qué evidencias condujeron a dar por cierta la acusación y tomar las medidas más leoninas? Ninguna, hasta hoy.
Tras la fabricación para la opinión pública de un arma sónica made in Cuba, vinieron la hipótesis de un virus, la teoría de las conmociones cerebrales, el trauma emocional, las microondas, el ataque de pánico, el miedo masivo y hasta los grillos. Insólito, en apenas 75 segundos, Google ofrece dos millones de referencias sobre esta historia contada con demasiada ficción.
“Es evidente que con un mínimo de información se ha armado una campaña que politizó los incidentes de salud con intenciones demostradas de utilizarlos en una forma negativa contra Cuba”, asegura el Doctor en Ciencias Mitchell Joseph Valdés-Sosa, director general del Centro de Neurociencias de Cuba.
El neurocientífico cubano asevera que las tres publicaciones científicas realizadas por expertos estadounidenses para explicar causas y efectos de los supuestos incidentes presentan serios problemas desde el punto de vista médico. “Con el tiempo se ha ido desinflando toda esta historia; cada vez hay un cuestionamiento más fuerte por la comunidad científica internacional”, apunta.
Mitchell Joseph Valdés-Sosa explica que tanto los investigadores de la Universidad de Pennsylvania, a quienes el Departamento de Estado encargó realizar las pruebas a sus diplomáticos, como los de la Universidad de Miami (UM), hicieron declaraciones a la prensa y presentaciones públicas en las que hablaron de distintas armas misteriosas, pero sin ninguna base científica. Inclusive, sus hallazgos se contradicen.

Muchas teorías… ¿y evidencias?

“No negamos que los diplomáticos estén enfermos, sino que lo están por diversas causas: por algunas enfermedades preexistentes, y otras que quizás adquirieron aquí. La mejor forma de tratar a esas personas es demostrar que no existe ese agente externo y que no fueron sometidos a ningún ataque con armas misteriosas. Parte de la cura es eliminar la duda en los sujetos y ayudarlos a encontrar la verdadera explicación de cuáles son los problemas que están presentando”, considera el neurocientífico cubano.

¿Enfermedades preexistentes?
En febrero de 2017 se publicó que los “ataques sónicos” ocasionaron pérdidas auditivas, certificadas a partir de las pruebas clínicas aplicadas, a tres diplomáticos de EE.UU. Tras examinar lo publicado hasta hoy, los estudios estadounidenses reconocen que dos de ellos ya tenían pérdidas auditivas preexistentes.
El problema, lejos de ser en masa, se convierte en un pequeño grupo de personas, no más de tres, de las cuales a dos ya se les había diagnosticado la pérdida antes de venir a Cuba. Este es un ejemplo del uso irresponsable de la información. La pérdida auditiva no es parte del cuadro.

Recientemente, el Dr. Robert Bartholomew, sociólogo americano residente en Nueva Zelanda, y el neurólogo Robert W. Baloh, de Los Ángeles, publicaron un nuevo informe científico donde demuestran que las teorías sobre armas sónicas, microondas, ataques o intención de dañar a los diplomáticos estadounidenses carecen completamente de sustento.
En la revista británica Journal of the Royal Society of Medicine, los investigadores afirman que “la evidencia política y científica de la perpetración de un ataque contra el personal de la embajada de Estados Unidos en Cuba no es concluyente”.
Los autores cuestionan que los estudios anteriores sobre el “síndrome de La Habana” tenían “fallas críticas de diseño”.
“Lo más importante es la ausencia de evidencia de que el personal haya estado expuesto a una fuente de energía o toxina”, señalan.
La investigación –citada por Dominio Cuba– añade que “nada prueba adecuadamente las hipótesis que proponen (otras investigaciones), al tiempo que se promueven explicaciones exóticas que no están respaldadas por los hechos. Nuestras conclusiones se basan en la ciencia prosaica y conocida… No hay necesidad de recurrir a explicaciones exóticas. Las afirmaciones de que los pacientes sufrían daños cerebrales y auditivos no están respaldadas por los datos”.
“¿Qué es más probable, que los diplomáticos fueran el blanco de una nueva arma misteriosa, de la que no hay evidencia concreta, o que sufrieran síntomas psicógenos inducidos por el estrés?”, se preguntan los científicos. Sus conclusiones apuntan a este último escenario.

Acuso y reservo “las pruebas”

La primera notificación de los alegados sucesos acústicos llegó el 17 de febrero de 2017; de inmediato, las autoridades cubanas asumieron con suma seriedad las informaciones trasladadas por los estadounidenses.
Por entonces, se creó el comité de expertos cubanos para estudiar los hechos, que dos años y nueve meses después no ha podido acceder a la información necesaria para encontrar una respuesta a los célebres y mediáticos incidentes.
En su oficina del Centro de Neurociencias de Cuba, Mitchell Joseph Valdés-Sosa reflexiona: “Si los supuestos hechos ocurrieron en La Habana, la participación de Cuba era decisiva”. Pero, evidentemente, otras intenciones complicaron la colaboración.
“No es lógico que hayan acudido a la prensa para divulgar teorías que no están confrontadas con la realidad. Lo que vimos en los medios es el resultado de una campaña bien estructurada, con el propósito manifiesto de divulgar y replicar elementos negativos sobre Cuba, un intencionado esfuerzo de manipulación política”, refiere el científico cubano.
La única base para llegar a conclusiones es observar los hechos, discutir y confrontar los hallazgos científicos, explica Valdés-Sosa. “El Gobierno de los EE.UU. no ha colaborado con Cuba, no ha compartido información. Ni siquiera porque el Gobierno cubano permitió que el FBI viniera a investigar los incidentes a La Habana”.
El lunes 9 de enero de 2018, la agencia Associated Press (AP) reportó que el FBI no había encontrado “prueba alguna” de los supuestos ataques sónicos contra el personal diplomático estadounidense en Cuba, tras meses de investigaciones y cuatro viajes a La Habana.
Salvo esas visitas del Buró Federal de Investigaciones, Cuba no ha recibido otro interés por parte del Gobierno de Estados Unidos para una colaboración bilateral.
En septiembre de 2018, cuando el comité de expertos cubanos visitó el Departamento de Estado para intercambiar sobre el tema, los científicos cubanos nunca pudieron entrevistarse con los diplomáticos afectados ni con los investigadores contratados para estudiar los síntomas de salud.
Incluso, durante el encuentro, “los médicos del Departamento de Estado afirmaron claramente que ellos nunca utilizaron la teoría de los ataques para explicar las causas de los síntomas reportados”, asegura Johana Tablada, quien presidió la delegación cubana en ese contacto y cuya contraparte estadounidense fue Kenneth Merten, secretario asistente principal para el Hemisferio Occidental.
En aquella ocasión, las autoridades estadounidenses aseguraron que casi todas las personas investigadas habían retornado normalmente a su vida laboral. Supuestamente, el tema está ahora bajo una investigación médica conjunta que coordina el Departamento de Estado, a la cual la parte cubana tiene el acceso denegado.
La necesidad de respetar la privacidad de los datos de las personas no puede ser una justificación para no compartir información con el Grupo de Expertos cubanos, “porque la divulgación mayor de los incidentes de salud no ha dependido de la gestión de Cuba, sino por el propio Gobierno de los EE.UU. y por los médicos que ellos contrataron”, aclara Mitchell Joseph Valdés-Sosa.
“Sentarse a discutir y poner los datos científicos sobre la mesa, incluso sin tener que identificar a las personas, hubiera ayudado a resolver el problema”, comenta Valdés-Sosa. Destaca, además, que así lo hizo el Gobierno canadiense, y recuerda la investigación realizada por los expertos canadienses de la Universidad de Dalhousie, cuya hipótesis Cuba tampoco descarta.
“Encontraron personas que tienen evidencias de algún tipo de alteración en el sistema nervioso, en el cerebro, consecuencia del uso excesivo de insecticidas, partiendo de la base de que no solo Cuba estaba haciendo una campaña agresiva contra el mosquito, sino que la embajada de Canadá también hizo fumigaciones adicionales dentro de las residencias de su personal”, refiere.
Esa hipótesis no la vamos a desechar –insiste–, porque Cuba siempre ha tenido una posición abierta a colaborar. Estamos en la obligación de hacerlo; la actitud científica es obedecer a los hechos.
El director del Centro de Neurociencias informa que está a punto de comenzar el estudio que se le realizará a cubanos expuestos o no a insecticidas, para verificar la contrastación de esta conjetura científica.
La postura del Gobierno de Canadá, con una decena de diplomáticos que también reportaron problemas de salud, fue completamente distinta, comenta el Doctor en Ciencias. “En primer lugar, no divulgaron prematuramente los resultados de las investigaciones que encargaron realizar. Además, antes de su publicación organizaron una reunión técnica entre los científicos que mandataron para estudiar a su personal y el equipo de expertos cubanos”.
“Todas las teorías de EE.UU. dan un cuadro de extrema debilidad científica y confirman que existía el deseo, costara lo que costara, de demostrar que hubo una enfermedad común a todos los diplomáticos que reportaron problemas de salud. El propio Gobierno refrendaba que habían sido atacados”, comenta el eminente neurocientífico cubano.

Amplificar la calumnia, consecuencias a terceros

El pasado jueves 7 de noviembre, el diario The Guardian reveló las dificultades del Gobierno británico para comprender los supuestos “ataques sónicos” contra diplomáticos estadounidenses, a partir de un análisis de varios correos electrónicos y cables diplomáticos sensibles intercambiados entre el personal acreditado en la embajada británica en La Habana y el Ministerio de Relaciones Exteriores en Londres.
The Guardian describe que reinaba tal sensación de desconcierto que los británicos no comprendían qué estaba pasando y comenzaron a investigar compulsados por la embajada estadounidense.
La prensa norteamericana reseñó entonces que la misión de EE.UU. reunió a diplomáticos de otros países en su sede para alertarlos sobre la existencia de un “ataque”. El clima fue creado para que los síntomas se amplificaran, reflexiona Mitchell Joseph Valdés-Sosa.
La embajada del Reino Unido investigó y trató “desesperadamente” de encontrar sentido a lo que estaba ocurriendo. Sus funcionarios analizaron “detenidamente” los informes de prensa, las declaraciones oficiales y otras comunicaciones para esclarecer la situación. No encontraron evidencias ni pudieron dar crédito de que alguien lo hubiera hecho.
“Tanto la embajada de EE.UU. como la cubana estarán ahora castradas, apenas dos años después de reabrirse”, decía un fichero confidencial.

Cubadebate analizó más de 200 artículos sobre el tema de los supuestos “ataques sónicos”, publicados entre agosto de 2017 y noviembre de 2019 en medios estadounidenses en inglés, y estas fueron las palabras claves más usadas:

 
 

Objetivos cumplidos

En la historia de las relaciones Cuba-EE.UU., los guiones bien montados para justificar la escena de la confrontación y convencer a la opinión pública estadounidense aburren. El pretexto más conocido por los escolares de la Isla: la explosión del Maine. El más reciente: el “síndrome de La Habana”. ¿Cuál es el mejor escenario para que una mentira repetida mil veces se convierta en “verdad”? El mediático. En pleno siglo XXI, el sueño de Goebbels otra vez se hizo realidad.
Casualmente, tres semanas después de que se eligiera a Donald Trump como presidente de EE.UU., el Departamento de Estado informó que los primeros casos habían sido notificados en noviembre de 2016.
El respaldo de la comunidad internacional y la emigración al restablecimiento y avance de las relaciones con Cuba era tan alto que el nuevo Gobierno de EE.UU. no podía imponer, a sangre fría, ante la opinión pública estadounidense y mundial, la agenda de medidas de retroceso y brutal hostilidad que la Fundación Inspire America presentó a Donald Trump como proyecto de programa político a inicios de su mandato.
La diplomática Johana Tablada confirma que “el propósito ha sido la creación de focos de tensión que contribuyan a avanzar hacia un patrón de confrontación, tratando todo el tiempo de responsabilizar a Cuba por las medidas que adopta Estados Unidos”.
“Si uno examina todo lo que se ha publicado, no hay nada que sostenga la existencia de ‘armas misteriosas’ basadas en las leyes de la física hasta hoy conocidas. No es posible. Así lo han reconocido científicos de todo el mundo”, confirma por su parte Valdés-Sosa.
El pretexto no solo ha afectado las relaciones diplomáticas. En la práctica, se han interrumpido casi todo el intercambio y la cooperación bilateral que se establecieron o avanzaron en disímiles sectores durante el Gobierno de Barack Obama, y que beneficiaban el interés nacional de ambos países.
Habría sido difícil imponer, incluso, la aplicación del Título III de la Ley Helms-Burton sin antes crear toda la atmósfera de desconfianza, rencor y suspicacia en torno a ataques que jamás ocurrieron.
No pocas publicaciones estadounidenses apuntan a una conspiración que tiene como protagonistas al senador Marco Rubio –fuente principal y original de la desinformación a los medios de prensa– y al actual secretario de Estado, Mike Pompeo, entonces director de la CIA. Ambos han sacado muy buen provecho de esta calumnia, pues ya sabemos que para ellos en política todo vale.

Escalada de agresiones de EE.UU. tras sembrar el pretexto

  • Reducción abrupta del personal diplomático de ambas misiones.
  • Suspensión de reuniones bilaterales sobre diversos temas en La Habana y luego en Washington .
  • Anuncio engañoso en la página de alertas de viajes a los estadounidenses para limitar los viajes a Cuba.
  • Cierre del consulado estadounidense en La Habana.
  • La limitación inhumana y absurda a los viajes desde Cuba a los Estados Unidos que tanto ha costado a las familias cubanas.
  • Interrupción violenta de los viajes de intercambio en todas las áreas.
  • Amplificación de mensajes contra la seguridad en la Isla. Propagación de las calumnias y las medidas no solo en Estado Unidos, sino en terceros países.
El 16 de octubre de 2017, durante una conferencia de prensa en la Casa Blanca, el presidente Donald Trump envió el mensaje que tenía que trasmitir: “Creo que Cuba es responsable, realmente lo creo”.
Cuatro días después, el entonces secretario de Estado, Rex Tillerson, dijo que no tenían evidencias para culpar al Gobierno cubano y que la salida de la mayoría del personal diplomático de EE.UU. de La Habana fue “una medida preventiva para proteger a los estadounidenses de futuros ataques”. ¿Incongruencias en política exterior estadounidense o “crónica de una muerte anunciada”?
Aunque “el tema ha perdido mucha credibilidad, en parte gracias a la actitud profesional de la comunidad científica estadounidense, que ha sido muy crítica con estos disparates” -reconoce Johana Tablada-, el Gobierno de los Estados Unidos puede hacer y decir absolutamente cualquier cosa sin hacer coincidir la retórica y la realidad.
La saga de los supuestos “ataques sónicos” parece sacada del universo de The Walt Disney Company. En una de las aventuras de Winnie the Pooh, el osito y Piglet van a buscar un Woozle, un gamusino. Siguen sus huellas y descubren que cada vez aparecen más pisadas. Finalmente, Pooh y Piglet descubren que han estado siguiendo sus propias pistas todo el tiempo. ¿Les suena el “efecto Woozle”? No sería la primera vez que el “buen vecino” usa la “diplomacia de los muñequitos”.
El “efecto Woozle” ocurre cuando una afirmación no avalada por la ciencia, una mentira que con toda intención se reitera disímiles veces, induce a individuos, expertos o a la opinión pública internacional a pensar que hay evidencia real y a creer en su irrefutable existencia.

Del drama pretendido a la comedia

Tomado de Granma
Si el material ya despertaba una repulsa inmediata sobre el individuo, al desenmascarar la calaña curricular de un tipo que instruye encapuchados con armas blancas, peores sentimientos levantó en su contra el humorístico sketch de autoagredirse tres veces de bruces contra la mesa, a fin de justificar con moretones la acusación del supuesto maltrato policial.
 
El material televisado despertó una repulsa inmediata sobre el individuo, al desenmascarar la calaña curricular de un tipo que instruye encapuchados con armas blancas.


Se leían de vez en vez, pero «caradura» y «descarado» no fueron precisamente los más usados calificativos que en pocas horas inundaron las redes sociales y los comentarios bajo los titulares digitales, o bajo el sol de la parada de la guagua.
Puesto en evidencia mediante un reportaje de la televisión nacional, el papelazo del delincuente José Daniel Ferrer –la última marioneta mercenaria empujada por el Gobierno de Estados Unidos a la pasarela de las calumnias mediáticas contra Cuba– ha atizado en la opinión pública una cascada de reacciones que mezclan la burla con la ira, y se expresan en cientos de criterios «cariñosos», demostrativos de que un cubano «encendí’o de rabia» –cuando le agitan el orgullo patrio– tiene algunas palabritas reservadas para la mentira burda de un contrarrevolucionario.
Si el material ya despertaba una repulsa inmediata sobre el individuo, al desenmascarar la calaña curricular de un tipo que instruye encapuchados con armas blancas, propina golpizas espeluznantes a sus propios compinches y secuestra personas, peores sentimientos levantó en su contra el humorístico sketch de autoagredirse tres veces de bruces contra la mesa, a fin de justificar con moretones la acusación del supuesto maltrato policial.
La desfachatez, por supuesto, fue el primer aguijón que punzó la opinión. Con los tonos de quien dice «si me pinchan no echo sangre», continuos comentarios denunciaron la bajeza de personajes tales, lo fácil que se venden por dinero, las evidentes cualidades criminales, y las peligrosas asociaciones en grupúsculos que reproducen patrones terroristas como el de las capuchas y los cuchillos.
Listas grandes de criterios se alinean en remarcar la necesidad de mantener nuestras calles limpias de gente similar, en no permitir libertades a bandidos de esa fibra, que en la proclamada lucha contrarrevolucionaria se confirman amenaza de la tranquilidad social.
Juan Alberto apeló al rigor total de la ley para condenar actitudes ilegales al servicio de potencias extranjeras, mientras Lina Rey remedó los sicarios de Batista y ubica al tipo entre aquellos voluntarios que se activarían durante los «tres días para matar» que han pedido en su sueño de derrocar a la Revolución.
Un lector firmado Kchi cuestiona irónicamente el respeto a que aspira la contrarrevolución con líderes sociópatas como Ferrer, a la vez que alguien bajo las señas de Flower llama payasada digna de circo al montaje histriónico del delincuente.
Pero cubanos al fin, ni la molestia profunda desplaza la típica manía de chistar con el ridículo tantas veces visto en guiones parecidos. Así leemos a alguien que lo invita a comer «quimbombó en plato llano», ahora en la mesa de la justicia cubana, o aquel que parodia la vocería disidente pidiendo someter a un tribunal de derechos humanos «al buró de madera llamado Quiñones, por golpear al pobrecito», y hasta el post del melómano que con permiso del español Antonio Molina, solicita reescribir, ahora en masculino, su canción «El bien paga’o».     
Sin embargo –porque la memoria cubana en estos asuntos no olvida nunca a los mercenarios–, las opiniones rememoran, una y otra vez, los capítulos ya conocidos de «la huelga del aguacate», en que parientes de un tal Roque fueron sorprendidos pasando por las ventanas comida a los «estoicos», y el del titulado poeta Valladares, que se dejó grabar andando sobre sus piernas, atlético y ligerísimo, rumbo a la escalerilla del avión que lo llevaba a cobrar su largo show de inválido preso. Aunque demorado, el de Ferrer trajo ahora la parte tercera de la saga. 
¿Fuera de Cuba? Muy pocas reacciones que leer. Nadie comenta lo que no ve públicamente, y la filmación, al parecer, no gustó mucho a las transnacionales vocingleras encargadas de escandalizar.
¿Habrán rodado algo del videíto? Todo indica que no. Ellos son «exigentes» con el cine, pagan por eso, y aunque fue de premio Óscar la actuación, pobre Ferrer, el pretendido drama de terror le resultó una comedia mediocre.  


Los rostros de la Inocencia

Por Patricia Hernández Acevedo 
Tomado de Cubadebate

Ellos son muchachos normales, jóvenes del siglo XXI a los que les gusta salir de fiesta, pasar el rato con amigos hablando de cualquier cosa, enamorarse. Ellos tienen proyectos de vida, sueños que cumplir, aspiraciones.

Aquellos también lo eran, también tenían sueños, y también eran muy jóvenes. Solo una cosa los diferencia, además del siglo en que les tocó vivir: ellos han podido cumplir sus metas, a aquellos no se lo permitieron.

Un absurdo, un sinsentido les arrancó la vida. La acumulación de muchos años de odio, el miedo de perder el control, el afán de generar terror en una sociedad que daba muestras de despertar.

Ellos ahora son parte de la historia del cine de este país, pues por primera vez en el séptimo arte, los rostros de los Estudiantes de Medicina fusilados en 1871 salieron de la frialdad de los libros y tomaron forma en jóvenes actores de entre 20 y 28 años. Asumieron estos roles con la mayor seriedad, conscientes de que, a partir de la película, este hecho quedaría en la memoria histórica cubana de la forma en que ellos fuesen capaces de interpretarlos.

Tal como se nos suele enseñar, como una página más en un libro de historia, como una fecha más en la lista a memorizar, no somos capaces de imaginar que esto que vemos en pantalla, y que nos parece improbable, es tan real como nosotros mismos, pues a veces, la realidad supera con creces a la ficción, y este es el caso.

A ellos les gustó la idea de reunirse nuevamente después de casi un año de estrenar el filme, para hablar de esa experiencia en común. Después de ver la película es un tanto chocante encontrarlos en short, con gorra, móvil en mano y audífonos al cuello, y tan bromistas como cualquier cubano.

Aún no había hecho la primera pregunta y ya comentaban las peripecias durante la filmación, los momentos de chistes y los de seriedad. Cuentan que la química surgió desde los primeros días, como si el destino común de sus personajes los conectara irremediablemente durante los tres meses de grabación, y aun después de culminar.

Yaremis Pérez, quien fungió como directora de actores e interpretó el papel de Consuelo, esposa de Fermín en 1887, quería “actores sensibles y humanos”, y el hecho de ser profesora de la Escuela Nacional de Arte (ENA) le permitía tener un amplio diapasón para escoger, aunque no se realizó casting. Finalmente, fueron Amaury Millán (Carlos Verdugo), Ricardo Saavedra (Eladio González), Ángel Ramón Ruz (Juan Pascual), Luis Manuel Álvarez (Anacleto Bermúdez), Justo César Valdés (José de Marcos y Medina), Carlos Busto (Alonso Álvarez de la Campa), Omar González (Carlos de la Torre y Madrigal) y Reinier Díaz (Ángel Laborde) quienes se convertirían en los ocho estudiantes de medicina asesinados.

Mientras tanto, Yasmani Guerrero, quien sí pasó por un proceso de casting, encarnaría a un obstinado Fermín Valdés Domínguez, quien ahora dejaba de ser solo el amigo de Martí para hilar la trama de una historia a dos tiempos.

“En el rodaje nos decían todo el tiempo, no sé si para tranquilizarnos o para ponernos más nerviosos, que teníamos una gran responsabilidad porque íbamos a dar rostro a esos personajes por primera vez, pues hasta ahora solo había algunas imágenes ficcionadas del hecho”, comenta Carlos, quién tuviera a su cargo el personaje más sensible de la trama.

Según el director del filme, Alejandro Gil, y su guionista, Amílcar Salatti, con esta cinta buscaban humanizar a los estudiantes de medicina, y romper esa distancia histórica que impide que un hecho como este sea visto con la magnitud que, a juicio de ambos realizadores, tiene.

¿Cómo construyeron sus personajes?

 
 
Yasmani: Aunque fuese una época en que la gente era más refinada, estamos hablando de muchachos de 14 a 19 años, que a lo mejor se comportaban de una manera delante de su familia, y en la escuela cuando están entre ellos de otra. Es como somos nosotros ahora también. En cuanto a Fermín, eso era una novedad para la gente, porque en la escuela no te lo dan tampoco, la gente siempre tiene a Fermín como el amigo de Martí, y Fermín era mucho más que eso, luchó desde España, y escribió el libro allá.
Ricardo: Desde nuestro punto de vista, partiendo de experiencias personales, de cómo reaccionaríamos ante una situación así, pero todo desde nosotros.
Amaury: Alejandro (Gil) desde el principio nos dijo: “Hagan a un muchacho cubano, que estudia medicina”, claro que, cuidando la gestualidad de la época, pero nos dio mucha libertad, nadie sabe cómo se movían, cómo bromeaban, y aunque era un muchacho del siglo XIX a lo mejor era más cercano de lo que uno piensa.
Omar: El hecho se conoce, pero no hay datos de cómo eran estos muchachos, eran muy jóvenes. De algunos se sabe por las cartas familiares, pero no había una descripción psicológica, por eso Ale quería que lo hiciéramos con nuestra verdad.
Carlos: No te voy a negar que fue complicado, porque cuando te hablan de un personaje histórico real uno le pone demasiada energía, nos pasa con todos los héroes cubanos, que a veces no nos damos cuenta de que eran unos muchachos, y estos eran casi niños, y si le poníamos demasiado carácter la película no iba a llegar a ninguna parte, y menos a los jóvenes, que es en quienes está enfocada directamente.
Reinier: Más que construir a los personajes, construimos relaciones entre ellos, y en eso ayudó mucho la química que ya traíamos de la vida personal. Había que ser sinceros.
Justo: Nosotros en la escuela siempre vemos a los mártires como muy lejanos, pero en el fondo no se cuentan sus sentimientos, solo vemos la carátula de una persona. Cuando le pregunté a Alejandro como sería mi personaje me dijo: “Tu personaje eres tú, eres tú, pero en esa situación, viendo la vida desde esa posición”. A mí me ayudaron mucho las locaciones, leerme el libro de Fermín. Otra cosa que tuvimos a favor fue que grabamos cronológicamente; entre eso y la libertad que nos dio Alejandro, el hecho de que todos los actores nos conocíamos y el compañerismo, fue un cúmulo de cosas que hicieron que todo funcionara, que nos ayudaron a hacerlos humanos, a que estuvieran vivos y que les llegaran al público.
Los primeros minutos de la película, con un ambiente desenfadado y juvenil, incluso con algunas pinceladas de humor, hacen que la historia tenga un ritmo ascendente, pues primero se nos muestra el carácter pueril de estos muchachos, para luego ser testigos de su transformación cuando la situación se torna tensa.

“Eso tratábamos de mostrar al principio para que hubiera cierta transición, que no fuera una película con la que, desde el inicio, el público estuviera llorando”, cuenta Omar.

¿Cómo lidiaron con la carga emocional que supone esta historia?

 

Justo: Yo pensaba, si me fueran a matar a mí por algo que no hice, que no hay vía para salvarme, ¿cómo reaccionaría? Pensé en la injusticia y pasas por roña, por muchos sentimientos, y como grabamos las escenas consecutivas como se ven en la película, pasamos de la cárcel al juicio y del juicio a la muerte. Cuando te pones a pensar que yo ahora estoy viviendo esto, y aunque no es real, es duro, entonces cómo habrá sido en aquella época.
Omar: Uno le coje lástima a esos muchachos, y repulsión a los que lo hicieron. Eso me pasó cuando me leí el guion, me puse mal, te pones bravo con lo que está pasando, y más porque sabes que pasó, que no estás leyendo una novela, algo de ficción, pasó en realidad, de esa manera, y nadie hizo nada contra eso. Yo sentía que tenía que hacerlo perfecto, porque si no defraudaba a alguien.
Carlos: Te da impotencia. Yo siento que fue un proceso muy emotivo, investigamos, estudiamos, leímos las cartas reales que luego los padres escribieron al gobernador, y encontramos datos muy fuertes. Por ejemplo, el padre de Alonso había sido voluntario español, incluso financiaba armamento para ellos, o sea que probablemente uno de los fusiles que mató a su hijo lo haya pagado él. Eran datos demasiado fuertes que intenté obviar porque se suponía que mi personaje no lo sabía. Cuando leí las cartas del papá me di cuenta de que en realidad él fue la persona que marcó la vida de Alonso, no tanto la mamá que es la que aparece en la película.
Amaury: Una cosa que nos ayudó es que somos jóvenes, somos cubanos, somos sensibles, tenemos muchas cosas en común con nuestros personajes, entendemos o intentamos entender qué es que le digan a un muchacho que lo van a matar.
Justo: Terminábamos de grabar a las 9 de la noche y nos recogían a las cuatro de la mañana, dormíamos pocas horas, el desgaste físico y emocional era tan grande que nos condicionaba. También en las escenas en la cárcel Alejandro nos mantuvo encerrados de verdad, solo nos dejaba salir para comer, ir al baño o si alguien quería fumar, y eran cárceles que llevaban mucho tiempo cerradas.
Cada uno de ellos recuerda la experiencia de Inocencia de una manera particular, pero en algo todos coinciden: “Nos divertimos mucho”. Y pudiera parecer raro, incluso inapropiado hablar de diversión en una película de esta naturaleza, pero tal como sus personajes, ellos son jóvenes, y el ambiente de filmación fue tan agradable que el trabajo resultó un espacio de mucho disfrute.

Dicen que todo fluyó muy bien, ¿por qué?

 

 

Ricardo: Nos sentíamos en familia.
Yasmani: Yo creo que todo el mundo estaba conectado, y Alejandro también disfrutaba mucho eso. A veces uno se pregunta, ¿por qué se divierte la gente en el rodaje si es una película triste? Bueno en el momento que hubo que sufrir se sufrió, pero el momento de sufrir dura una hora, y estamos desde las 6 a. m. hasta las 6 p. m., si te lo pasas sufriendo no llegas al final.
Luis Manuel: Después de los ensayos salíamos y compartíamos en casa de alguien, o nos íbamos juntos para un concierto. Además, todos estábamos por la misma causa: somos jóvenes; teníamos en las manos una película con un buen guion. Cuando te encuentras con un buen guion todo sale, estábamos motivados para defender la historia; muy pocos habíamos hecho cine; casi todos arrancábamos en la pantalla grande; teníamos muchas ganas de hacer la película.
Ricardo: Y de hacerla bien.
Amaury: También Alejandro, Yaremis y Amílcar nos contagiaron con la pasión que ellos tenían por la obra, porque es una obra de ellos tres. El primer día que Ale fue a hablar con nosotros no pudo hablar, se emocionó, y eso nos marcó.
Ángel: Desde el proceso de prefilmación todo estaba muy claro, la visión del director sobre la escena, cuál era su propuesta, lo que pretendía, después que uno estudia todo eso gana tiempo.

¿Cuál fue la escena más difícil?










Carlos: Para mí fue cuando fusilan a mi hermano negro, porque el cine es muy técnico, lo hice sin referencias, frente a mí no había nadie, ya la toma del fusilamiento del hermano había pasado y lo único que tenía delante era una cámara, es complicado.
Omar: Fue difícil la escena de cuando nos dan la noticia de que nos van a fusilar porque primero grabaron a Ray (Raysel Cruz, oficial Manuel en la película) y luego a nosotros, era la primera vez que hacía cine. Ahí también me pasó una cosa muy rara, en el guion mi personaje debía desmoronarse y caer, entonces a Carlitos le tocó hacer la escena primero y él hizo lo que me tocaba a mí y yo después no sabía que iba a hacer, hice lo primero que se me ocurrió.
Ricardo: Para mí también fue la escena en la que me dicen que me va a matar, porque ese día por la mañana yo estaba muy activado, pero esa escena la grabamos al final, después de almuerzo que yo tenía mucho sueño y empecé a tomar café, no sabía cómo la iba a hacer, por eso la tuve que repetir tres veces.
Luis Manuel: Esa es la única escena que no me gusta de la película, cuando nos dicen que nos van a matar, mi reacción fue fatal. Aunque yo tuve récord de tomas, en la escena del cementerio, cuando nos paramos a hablar delante de la tumba de Gonzalo de Castañón, lo repetimos como 25 veces, el texto estaba muy complicado. La del fusilamiento no fue la más difícil, pero la recuerdo bien porque, primero, le tengo terror a los estopines (pólvora para simular los disparos) porque había tenido un accidente en la primera temporada de Lucha Contra Bandidos, me partieron la cabeza, y ahora tenía cuatro estopines; también ese día era el último de rodaje y tenía a todo el equipo delante, era el final, en fin, tenía ganas de morirme, de que ellos me mataran. Esa parte fue como una despedida, yo estaba tranquilo, pero no me preparaba para las escenas, todo fluyó de una manera muy real. Cuando oí el “preparen” las piernas se me aflojaron, empecé a llorar, a aguantarme para que no se me salieran las lágrimas, de hecho, me subió la presión, me dolía la cabeza, y hasta me tuvieron que atender en una ambulancia.
Reinier: En la escena de la muerte caí con la mano mal, debajo del cuerpo virada, y no me podía mover porque le echaba a perder la escena a Luis Manuel.
Amaury: Mi escena complicada fue cuando pronuncian mi nombre entre los que van a fusilar, que yo decía que estaba en Matanzas. Claro, porque además, hacer esas escenas tan duras después de almuerzo… Yo dormía pensando en esa escena, porque en el resto de la película lo que hacía eran cositas muy pequeñas, sencillitas.
Yasmani: Las escenas en la cárcel fueron duras, lo demoraban adrede, pero para mí la más complicada fue en la que encuentro los restos de los muchachos, porque tenía que salir en una sola toma, había un aclírico que se podía rayar, tenía que estar muy concentrado. Pero al final no salió a la primera y hubo que volverlo a grabar desde otro ángulo.
Justo: Mi personaje no habla tanto, es más bien todo desde el silencio y desde la mirada, pero una escena complicada es la del cementerio frente a la tumba de Castañón, porque era la primera vez que hablaba, era su presentación. Ahí se hablaba del tema por el que iba a pasar toda la película, y para mí era muy importante esa escena, de hecho fue la que más ensayamos. También la escena de los ratones en la cárcel.

Alejandro siempre insiste en que es una película dirigida a los jóvenes, ¿ustedes creen que se logró ese objetivo?

 

Amaury: Yo estoy seguro de que sí, porque la gente nos reconoce, nos agradece, y lo hacen los jóvenes. Al cine iba gran cantidad de jóvenes.
Ricardo: La gente venía a agradecernos súper emocionada.
Omar: Yo creo que sí, mucha gente nos para en la calle a preguntarnos si los hechos de la película son ciertos, como la historia de los abakuá, que mucha gente no lo sabía, o si de verdad Fermín era masón. Creo que la juventud a partir de ahora lo va a ver como lo que es, un día luctuoso. Yo aprendí mucho con la película y creo que eso mismo le ha pasado a mucha gente que la ha visto.
Justo: Sí, sí se logró. De hecho tengo amigos que fueron al cine, que le recomendaron la película a otros amigos que jamás yo me imaginé que la vieran, que fueran a buscar el libro de Fermín en Internet. Si una persona se interesa por algo, y va más allá de lo que puede ser el producto, entonces sí les llegó
Yasmani: Los muchachos que estudian medicina también se acercan a nosotros, gente joven que yo pensaba que no estaba para esto, pensaba que le iba a interesar más a la gente mayor que le gusta la Historia de Cuba, y cuando vimos que después de la película hubo cinco minutos de aplauso, y en el cine después la gente gritando Viva Cuba Libre, no entendía nada.
Luis Manuel: Alejandro quería que no fuera algo encartonado, como suele suceder con las películas de época, y yo creo que al final se logró, la gente queria saber como habian sucedido realmente las cosas.

¿Cuánto ha marcado sus carreras esta película? ¿Es su proyecto más importante?

 

Carlos: Esta fue la primera película cubana que hice con el ICAIC, y siento que es lo más importante que he hecho en mi carrera.
Omar: Para mí también, fue lo más importante.
Ricardo: Hasta ahora sí, yo estaba descubriendo el mundo, no había hecho nada, ni en televisión ni nada, solo teatro en la escuela.
Amaury: Yo venía de hacer televisión, telenovelas y eso, y las condiciones en las que se hace televisión en Cuba son pésimas, 16 escenas diarias, que a la sexta escena ya no eres el personaje, ya no eres nada, cuesta mucho trabajo. Y entonces llegar al ICAIC, estar ahí, las condiciones, el respeto, la profesionalidad, la producción.
Yasmani: Para mí sí, yo me despertaba todos los día con mucha energía. Estar en un proyecto de estos era una oportunidad muy grande. Esta es una película que es como pararte por primera vez a batear y meter un jonrón.
Reinier: Estoy muy contento de haber hecho este filme, porque soy habanero y soy masón, y La Habana le debía una película a esa página de la historia y a un hermano masón como Fermín, que siempre está a la sombra de Martí.
Luis Manuel: Tengo muchos proyectos importantes para mí, pero este marcó un antes y un después, totalmente. Fue despertar de muchas cosas, no tiene nada que ver con la aceptación de la gente, para mí, como un proceso personal, como artista, como ser humano, me marcó de verdad.
Justo: Ufff! Para mí esta película ha sido lo más grande, porque yo había hecho televisión, pero no cine. Y entrar al cine en un personaje y en una película como esta, ha sido una de las mejores cosas que me ha podido pasar en la vida, marcó en mí, en mi tierra, en mi familia, en mis amigos.
Una última pregunta los dejó a todos en silencio, pensando la repuesta durante unos segundos:

¿Qué se llevan de la película?

 

Carlos: Uno aprende a valorar la vida, lo que tienes y lo que eres, y el futuro que puedes tener y que a esos muchachos le troncharon. Es un suceso demasiado fuerte y siento que ese personaje pasa a ser como parte de mi familia, como de mi árbol genealógico. Sentí una conexión muy fuerte en ese momento con Alonso, para siempre será parte de mí y de mi carrera.
Amaury: Son tantas cosas… no nos quedamos así porque no tengamos nada que decir. Pero diría que vivencias que te hacen una persona más madura. La gente te reconoce y empiezas a descubrir que te admiran a ti, es como un despertar, yo me sentía Perugorría cuando hizo Fresa y Chocolate, o Isabel Santos en Clandestinos.
Yasmani: Yo creo que saber lo que sucedió en realidad, que uno nunca sabe en qué momento puede estar en una situación como esa, saber lo que es estar al borde de la muerte, en esa tensión.
 
Ángel: Yo me llevé tremendos deseos de hacer cine, era mi primera vez y ojalá que me lleguen más oportunidades.
Justo: También esta película por lo que más me interesa es porque no toca tanto los temas políticos como el sentimiento, llega a las personas, estás viendo algo humano, y que la gente te agradezca, es muy bonito.
Reinier: El respeto que no sentía antes por Fermín Valdés Domínguez.
Luis Manuel: Yo me llevo un gran regalo de cumpleaños, el más lindo que puedo tener, porque el 27 de noviembre, el día que se estrenó la película yo cumplía 27 años. Me llevo un crecimiento como actor y como ser humano, fue otra manera de vivir y de trabajar, nunca había tenido esa sensación, cambiaron muchas cosas conmigo.
Omar: Para mí fue como un sueño, nunca había hecho cine y era un deseo grande que tenía.
“Yo extraño la película”, así comenta Luis Manuel antes de irnos, “quiero volver a filmarla con ustedes, de verdad, fueron momentos muy bonitos, quisiera hacer otras así, con la misma energía, con el equipo, todo funcionó perfectamente bien”.
Cuando este 27 de noviembre se reponga Inocencia en los cines, o se transmita a través de la Televisión Nacional, ya no será lo mismo. Ahora los niños sabrán que a Alonso le gustaba regalarle rosas a su madre; que Ángel leía la poesía de Walt Witman; que José de Marcos y Medina usaba espejuelos; que Anacleto pretendía casarse con una señorita de sociedad; o que Fermín Valdés Domínguez no descasó hasta esclarecer la historia de sus compañeros asesinados, y, a la distancia del tiempo, demostrar su inocencia.
Tal como otras cintas emblemáticas del cine cubano que se han convertido en patrimonio histórico de este país, el filme que con tanta pasión defendiera Alejandro Gil entrará a formar parte de ese pedacito de historia. Sus protagonistas serán recordados siempre como aquellos desafortunados jóvenes a los que la furia les arrancara la vida.

 

 

 

Sucesos del 27 de Noviembre, cuatro historias contra el odio

Por Yunier Javier Sifonte Díaz 
Tomado de CubaDebate

Hace 148 años Cuba vivió un día triste. El fusilamiento de ocho estudiantes de medicina conmocionó a una sociedad marcada por el inicio de las guerras mambisas, el despotismo español y la cada vez más sólida conciencia sobre cuánto significa la cubanía y luchar por un país libre. En medio de ese panorama, la muerte de los jóvenes significó la prueba definitiva sobre la brutalidad de un régimen con casi cuatro siglos de opresión en la Isla.

Quienes fueron testigos del suceso recuerdan cómo a los estudiantes los asesinaron de dos en dos, con las manos atadas, de rodillas y de espaldas al pelotón de fusilamiento. Luego de un proceso plagado de irregularidades, apenas pasaron tres horas desde la sentencia al momento final. Ninguno de ellos superaba los 21 años de edad.

Desde entonces, diversas historias se tejen alrededor de aquel 27 de noviembre. Tanto las más conocidas como las que aun necesitan investigación, confluyen para construir esta página de dolor. Y entre ellas, la de cinco negros muertos aquel día casi junto a los estudiantes es la más mítica.

¿Qué sucedió alrededor del fusilamiento? ¿Realmente los negros pertenecían a la Sociedad Abakuá y se disponían a salvar a los jóvenes? ¿Quiénes eran aquellos hombres envueltos en la bruma? Hoy Cubadebate recuerda ese y otros pasajes y rescata la siguiente investigación como homenaje a los héroes del 27 de noviembre de 1871.

Trump se compara con los guanajos de Acción de Gracia

Tomado de CubaSi

El presidente estadounidense Donald Trump hizo algunas bromas sobre el proceso de juicio político que enfrenta, mientras continuaba con la tradición de perdonar un pavo para la festividad del Día de Acción de Gracias.

El acto de clemencia de Trump benefició a Butter (Mantequilla), un pavo de 21 kilogramos (47 libras).
Trump agregó que también eximía a Bread (Pan) de ser servido en una cena del Día de Acción de Gracias.
El presidente bromeó que los pavos eran entrenados para permanecer en calma bajo cualquier circunstancia, «que será muy importante debido a que ya han recibido citatorios para comparecer en el sótano de Adam Schiff el jueves».
El representante Schiff es el encargado de la investigación de juicio político por parte de la Comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes.
La tradición de perdonar a un pavo para el Día de Acción de Gracias comenzó en 1989 durante el mandato del presidente George H.W. Bush.

Fidel y la Revolución viven en el movimiento sindical cubano

Por
Tomado de Granma

Consuelo Baeza Martín, miembro del Secretariado Nacional de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), dijo a Granma que el organismo sindical llama a sus afiliados a cerrar el año con indicadores económicos favorables, que permitan enfrentar el 2020 en mejores condiciones.

El movimiento obrero cubano desarrolla, desde el 18 de noviembre y hasta finales de año, una jornada de esfuerzo extraordinario de trabajo en todo el país, con el propósito de homenajear el legado del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en el tercer aniversario de su fallecimiento, y celebrar los 61 años del triunfo de la Revolución Cubana.


Consuelo Baeza Martín, miembro del Secretariado Nacional de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), dijo a Granma que el organismo sindical llama a sus afiliados a cerrar el año con indicadores económicos favorables, que permitan enfrentar el 2020 en mejores condiciones.

La dirigente obrera significó que es decisivo el aporte de los más de tres millones de afiliados del sector estatal y no estatal, reunidos en sus 15 sindicatos y en la Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores (ANIR), para impulsar la economía nacional y superar los obstáculos del criminal bloqueo económico, comercial y financiero del Gobierno de EE.UU.

Señaló que en el recientemente celebrado Pleno del Consejo Nacional de la ctc se debatió precisamente la participación de los trabajadores en la actualización del modelo económico del país, en sectores tan importantes como el turismo, la industria, la rama azucarera y la agricultura, así como la necesidad de incrementar la cultura exportadora, y el ahorro y uso racional del combustible.

«Además, condenó el golpe de Estado contra el presidente Evo Morales Ayma», afirmó.

Elena Chaguez Leiva, jefa del departamento de Educación y Propaganda de la ctc, destacó que se impulsan por el movimiento sindical numerosas actividades para recordar el tercer aniversario del fallecimiento de Fidel con la realización de talleres, coloquios y encuentros generacionales sobre el pensamiento y la obra del Jefe de la Revolución Cubana.

Agregó que el 21 de noviembre se sumaron a esta conmemoración los niños de la comunidad de Cayo Hueso, de la capital, quienes disfrutaron de una peña de cuentos en el Palacio de los Torcedores, organizada por la CTC.

«La mejor manera para los trabajadores de honrar la obra de Fidel, incluyendo el próximo Primero de Enero, es lograr mayor eficiencia en cada uno de los sectores de la economía nacional, a pesar del duro golpe que representan las medidas restrictivas unilaterales impuestas por la administración de Donald Trump contra el país», puntualizó.

Desde la Escalinata: Una ola de juventud para recordar a Fidel

Por Thalía Fuentes Puebla, Ismael Francisco
Tomado de CubaDebate
Una ola de juventud, desde el primer escalón hasta el último de la Escalinata de la Universidad de La Habana, iluminó este lunes el recuerdo del Comandante en Jefe Fidel Castro, en el tercer año de su partida física.

Miles de estudiantes llegaron hasta esos escalones, lugar insigne en la trayectoria revolucionaria de Fidel, en donde, horas después de la noticia de su muerte en el 2016, inició, justo al lado del Alma Mater, una guardia de honor que le rindió tributo hasta su entierro en Santa Ifigenia.
Hasta la colina universitaria también llegaron Miguel Díaz- Canel Bermúdez, presidente de la República, el comandante de la Revolución Ramiro Valdés, el vicepresidente del Consejo de Ministros, Roberto Morales, dirigentes de organizaciones de masas y estudiantiles, y de manera especial, el intelectual Frei Betto.
Bajo el nombre “Fidel Antimperialista”, la gala político-cultural se centró en resaltar cómo el Comandante dedicó su vida a enfrentar la injusticia, defender a los desposeídos y alertar sobre las intenciones injerencistas del gigante del norte.  De la voz de Susely Morfa, secretaria general de la Unión de Jóvenes Comunistas, salió un mensaje de resistencia y continuidad.

“Tenemos una Revolución que hemos jurado cuidar, con las armas en la mano, desde la trinchera de las ideas. En Cuba aún nos quedan muchas obras que levantar, pensando como país, juntos y con la guía del Partido, Raúl y Díaz-Canel”.

Sobre el Comandante dijo: “El dolor fue profundo; el alma de Cuba vivió la partida de Fidel. Su figura alcanzó otra dimensión. Ser cómo él no es una consigna, sino un deber de los que estamos comprometidos con la Revolución”.
Yaser Castañeda, Flavia Mirabal y la Banda Nacional de Conciertos dieron vida al tema El mambí, tema compuesto por Luis Casas Romero. Después, el narrador oral e instructor de arte de Guantánamo, Tomás Pantoja, declamó el poema “Escribo Fidel” de la autoría de Jesús Cos Cause.
Cuando Vocal Sampling y una niña de La Colmenita cantaron El elegido, el público entusiasmado comenzó a aplaudir y esos aplausos se multiplicaron cuando este grupo cantó el icónico tema Girón, el preludio.
Las raíces de la cultura de la mayor de las Antillas no podían faltar en una gala que homenajeara a Fidel, por eso el Conjunto Folclórico Nacional llegó a escena para bailar Rumbero. Luis Franco, joven trovador de la Asociación Hermanos Saíz, recordó la canción de Silvio Rodriguez, Por quien merece amor, porque amor de todo un pueblo fue algo que el Comandante se ganó a pulsos.
Las décimas del repentista Antonio La Villa y el poema «Yo soy Fidel» hicieron vibrar la Escalinata de la Universidad, que se iluminó al compás del grupo Moncada con Mi historia crecerá y Saberse cubano, tema de Kiki Corona, en la voz de Kiko Ruiz y Vocal Renacer.
Así terminó la gala, con una marea de manos, manos de la juventud cubana, esa que defiende a Cuba y al proyecto que construyó el Comandante en Jefe. El líder de la Revolución estuvo presente anoche, multiplicado en cientos de jóvenes que gritaron más fuerte que nunca “Yo soy Fidel”.

Estudiar a Fidel

Por Sissi Abay Díaz
Tomado de CubaDebate

 
La vida, la obra, y el pensamiento revolucionario y humanista de Fidel Castro se desvela como un océano interminable de conocimientos para cualquier historiador, no solo por la importancia cimera de su personalidad para la historia, sino, también, por su fructífera y longeva vida.

Desde la entrevista como género, dígase Fidel y la religión conversaciones con el teólogo brasileño Frei Betto, Un grano de maíz del comandante nicaragüense Tomas Borges, Cien Horas con Fidel del periodista Ignacio Ramonet y más recientemente Fidel Castro. Guerrillero del Tiempo de Katiuska Blanco, por solo citar algunos, el propio Fidel nos transmitió la visión de su evolución como ser humano, el ámbito familiar y social que condicionó su niñez, sus luchas estudiantiles, los momentos trascendentales, de mayor regocijo y los más angustiantes del proceso revolucionario, desde el asalto al cuartel Moncada hasta alcanzar el triunfo el 1ro de Enero de 1959; y luego, los acontecimientos que han marcado la impronta de la Revolución en el poder. El valor de estos testimonios es excepcional, primero, porque representa la perspectiva propia de su vida y segundo porque permite definir hitos y puntos de ruptura para la evolución de su pensamiento estratégico.

Quienes lo estudian, cuentan además con un volumen extraordinario de discursos e intervenciones, entrevistas, comparecencias y mensajes donde no escatimaba en brindar elementos precisos, a la hora de explicar, de convencer, sobre determinadas circunstancias y acontecimientos, lo que le permitía establecer una conexión sorprendente con el pueblo.

También pueden recurrir a los libros y reflexiones que escribiera, todos con la intensión de advertir sobre temas polémicos, estratégicos y cruciales, para desterrar cualquier tergiversación y donde primaba su deseo de defender la verdad.
El gran cúmulo de compilaciones temáticas sobre su obra simplifica la búsqueda y orienta los intereses particulares. Resulta un hecho innegable, en lo adelante, que una de las empresas fundamentales para promover el estudio de su pensamiento, será el compendio de toda su obra y la correspondiente anotación de las mismas, para lo cual se ha de tomar como referencia la extraordinaria faena de los estudiosos de José Martí.
Distintas instituciones resguardan un volumen significativo de documentos históricos, fuentes periódicas, materiales audiovisuales, etc., a los cuales deberán acceder los estudiosos, para evitar que las investigaciones carezcan de una solida base documental.
Es importante señalar que existe dentro de nuestra historiografía un número importante de textos imprescindibles sobre diferentes acontecimientos y periodos históricos relacionados con Fidel. Hasta hoy, la mayor atención ha recaído en los hechos ocurridos antes del triunfo revolucionario. No podemos renunciar a lo que se ha escrito fuera de Cuba, puesto que existen títulos de mucha valía.
Desde el punto de vista de las fuentes documentales, no hay una temática que no pueda ser abordada con elementos sólidos y un análisis objetivo de las circunstancias que lo originaron. Para esto es fundamental desprenderse de cualquier ápice de exaltación o mitificación, que levante barreras indelebles entre el ser que fue el Comandante y su pueblo. Debelar su carácter resuelto, su personalidad sensible y su profundo sentido de la humanidad, debe guiar la esencia de cualquier propósito investigativo.
Asimismo, debe primar el análisis profundo de los principales axiomas de su pensamiento político, filosófico, militar, social y cultural, valorar las dimensiones de su organicidad como intelectual, su antiimperialismo y su profundo latinoamericanismo. Además, examinar su contribución a la búsqueda de la unidad entre los revolucionarios y el papel que concedió al Partido Comunista de Cuba como la vanguardia política de la nación.
Indagar en su sentido de la amistad, el respeto por la opinión contraria, la capacidad que ostentaba para establecer relaciones con personas de cualquier procedencia, idiosincrasia, nivel cultural o afiliación política y cubrirlos con un velo de admiración, incluso a aquellos que no compartían sus ideas, debe ser otra premisa. En igual sentido, privilegiar el estudio de las estrategias de desarrollo de la ciencia, la agricultura, la ganadería y otras muchas ramas medulares para el desarrollo socioeconómico así como su confianza extrema en las potencialidades del país y de su gente.
Hay que analizar la manera en que enfrentó oportuna y conscientemente, los desaciertos del proyecto revolucionario, su valentía a la hora de reconocer públicamente los errores y su respeto insoslayable por el pueblo de Cuba.
Existe aún mucho por estudiar, referido a sus aportes a la política internacional de la Revolución Cubana, con especial atención a las relaciones con los Estados Unidos. No puede olvidarse el apoyo a los movimientos sociales, de liberación nacional, y fuerzas de izquierda en todo el mundo, en la búsqueda de la independencia, la equidad y la justicia social, así como su excepcional sentido de la solidaridad en todas las dimensiones que esta puede alcanzar.
Se hace imprescindible continuar ahondando su pensamiento estratégico-militar, las concepciones de la guerra de guerrillas, de todo el pueblo, y los principios de libertad plena y soberanía nacional.
El reto fundamental es propiciar que las personas lean a Fidel. No habrá mejor análisis que el que cada uno, desde la experiencia y la construcción del conocimiento, pueda hacer. Los historiadores debemos contribuir al entendimiento, poner en contexto, y realizar análisis objetivos, que permitan valorar el papel de uno de los  revolucionarios más importante del siglo XX, en toda su dimensión y en correspondencia con los acontecimientos que marcaron su vida.
La misión es colosal, atemporal e imprescindible Asumimos el reto. Se lo debemos a Fidel. Se lo debemos a Cuba.